Promotor Serfuja S.L.
Ubicación Ramón María Aller Ulloa 40-42 – Polígono de As Gándaras, Lugo
Fechas Proyecto: Abril 2015 Finalizado: 2016
Arquitectos Carlos Moyano Pérez
Colaboradores Estefanía Vázquez Pardo (arquitecta), Pablo Padilla Díaz (diseñador interiorista)
Constructor Inducon Teco S.L.U.
Fotografías Andrea Mariz
Superficie 2.027,00m²
Memoria
La muerte, al igual que la vida, exige un tipo de arquitectura exclusiva, un espacio donde el visitante pueda sentir en su dolor el consuelo de cierta libertad y recogimiento para dar rienda suelta a sus emociones en un marco exento de condicionantes, atemporal y respetuoso.
Siguiendo las directrices de los promotores, conforme a su larga trayectoria y experiencia, el Tanatorio As Gándaras se proyecta basándose en los principios de sencillez y funcionalidad, prescindiendo de elementos ornamentales, en el que nada falta y nada sobra, resaltando la expresividad de los materiales, mostrándolos tal y como son. Un conjunto constituido por espacios diferenciados, líneas puras, proporcionalidad en los elementos. Una arquitectura amable, elegante, cálida, que evoca un sentimiento de recogimiento pero no de tristeza, lo más apropiado para un espacio profundamente relacionado con las emociones humanas.
En este edificio la luz desempeña un papel fundamental, y es que para representar «el mundo de la ausencia» el hombre siempre se ha valido de dos realidades: la luz y la materia. En el interior la luz se filtra a través de tres patios permitiendo desde los espacios de mayor recogimiento la visión del cielo y de un pequeño jardín. Los espacios públicos se abren al paisaje a través de un cerramiento cristalino consiguiendo que el mundo exterior entre a formar parte de la experiencia arquitectónica y facilite las vivencias que tienen lugar en el interior. Éste no se concibe como un lugar donde protegerse para ahogar el dolor sino como una arquitectura más cercana, doméstica, en definitiva más amable.
El proyecto se desarrolla en una única planta de 2.027,00m² construidos, distribuida principalmente en dos zonas diferenciadas dentro de un único volumen cuya organización se refleja claramente en el exterior, y que acoge por un lado una zona de uso público y por otro una zona privada o área de servicios internos.
Por un lado, el espacio público reúne la sala principal o vestíbulo, la recepción y oficinas, la floristería, la sala de exposición de féretros, la cafetería y los aseos, junto a las seis salas velatorio y sus correspondientes túmulos que cuentan con tres dependencias: una para ubicar el féretro, otra para velarlo y otra para acoger a los visitantes. Esta zona de túmulos linda por un lado con el vestíbulo punto de encuentro y por el lado opuesto con el área de servicios internos que dispone de la sala de cremación y despedida , la sala de tanatopraxia y utillaje, vestuarios y aseos y un aparcamiento para los vehículos fúnebres.
El tanatorio, por lo tanto, se define en dos zonas perfectamente diferenciadas con accesos independientes y funciones específicas, concebidas procurando evitar en todo momento la perturbación de los visitantes.
Uno de los elementos singulares de esta edificación es sin duda la sala oratoria o capilla. Un espacio que al igual que el resto del conjunto posee un diseño limpio, en el que la relación exterior-interior determina su significado. Se trata de una estancia que refleja la realidad social actual multirreligiosa y multiconfesional mediante muros desprovistos de ornamentos o símbolos, un espacio de acogida y meditación. Una vez más el uso de la luz se convierte en el símbolo del lugar, permitiendo que ésta se filtre en el ocaso a través de la fachada principal y de manera cenital a través de un lucernario situado en el centro de la estancia.
El Tanatorio As Gándaras es una obra que ha sido diseñada teniendo presente en todo momento las peculiaridades propias del singular uso para lo cual se han cuidado todos los detalles, desde el proceso constructivo, el aprovechamiento energético de sus instalaciones en virtud del confort y hasta el diseño del mobiliario, atendiendo a la ergonomía y al estilo del conjunto de la edificación.
En definitiva, y pese a las connotaciones que este tipo de edificación lleva aparejada, el Tanatorio As Gándaras consigue acoger al visitante y ofrecerle la cara más amable de un espacio de transición entre la vida y la muerte.